Un poeta (Martxel Mariscal), un sociólogo (Iñaki Martínez de Albéniz) y el equipo de Mugaritz se aliaron para escarbar entre placeres: el de jugar, el de las golosinas y el de besar. El contexto, las Picnic Sessions del Centro de Arte Dos de Mayo (CA2M) de Móstoles, que en 2015 acogieron la primera gran performance de Mugaritz, que en aquel momento se encontraba embarcado en The Candy Project.

Con el beso y la chuche como vehículo, Kiss my kiss invitaba a los participantes a compartir la misma experiencia, con las chucherías como armas para analizar las normas sociales asociadas al comer, hablar, cantar y besar.

En 2017, Kiss my kiss o Muxua da mezua llegó al escenario del Centro Cultural Tabakalera de San Sebastián, donde Mugaritz, en el marco del congreso bienal Diálogos de Cocina, puso a prueba la interacción de ponentes y asistentes en esta cita de reflexión multidisciplinar.