La primera vez
15/03/1998
Un ciclista entró sudando en Mugaritz con la expectativa de recargar energías para seguir su camino, pero se marchó exactamente igual de ansioso de comida que cuando llegó.
En nuestros inicios solo atendíamos con bajo reserva, pese a que el comedor estuviera aún vacío.
Es una de las imágenes que el equipo mantiene en la retina, aquella negativa a atender a quienes no reservaran con antelación, aun a riesgo de poner en peligro la viabilidad empresarial.
La ingenuidad, una cierta irreverencia adolescente y muchos nervios nos llevaron a eso.